"Dulce compañía", de Laura Restrepo. LECTURAS PARA EL VERANO

   



No sé si recordáis este nombre, Laura Restrepo. La citamos en la nueva narrativa hispanoamericana; después del boom y de autores inconmensurables, llega esta escritora como brisa fresca, con una narración ligera, amena. Este libro me gustó desde el principio. No es un libro que os vaya a gustar a todos, eso lo sé, pero a los que os guste, os va a encantar. Ofrece distintas lecturas: Reinventa lo mágico y lo hace sencillo. No se trata del realismo mágico, sino del elemento mágico como hilo vertebrador de la historia. Podemos leerlo desde una perspectiva simbólica y buscar la imagen de la gente del pueblo de Colombia, una crítica a la cultura y a la incultura, un análisis de las consecuencias del capitalismo y hasta de la colonización, pero os propongo una lectura sencilla en la que nos dejemos llevar por la historia. Hay de todo: la prosa se vuelve sabrosa cuando se llena de localismos y giros que gusta leer, con personajes que no nos dejan nunca indiferentes con sus intervenciones. Mi nombre favorito es el de sor Crucifija: no falta la ironía y el sentido del humor. La lectura es amena y sencilla.
El argumento ya me gustó: un ángel ha aparecido en una barriada muy pobre de Bogotá que se llama Galilea. Una reportera joven y bastante aburrida se encarga de cubrir la noticia. El desarollo...qué os puedo decir: que me enamoré del ángel, qué se le va a hacer. Una vez confesado este punto, qué más da el final, si ya estoy rendida al personaje. Por si faltaba algo, el Ángel habla con palabras celestes, se comunica con vocablos que alejan y atraen al que escucha, dicta su verbo que procede de las esferas sagradas y su voz es tan etérea como el roce de sus alas...
Como os dije, no a todos os gustará, pero está escrito para que disfruten los que lleguen a él. A todas mis amigas les gusta ¿será un libro para el sexo femenino? Yo creo que no,  es un libro para los que buscan algo bello en lo que creer, algo intangible para imaginar, algo nuevo para  disfrutar... 

¿Aún no os enteráis muy bien de esto del ángel? Pues es así como apareció:


"Escuchaba sonidos: un como crepitar de fuego, o correr de aguas subterráneas. O tal vez era sólo el rumor de la oscuridad retinta.
De pronto mi vecino me susurró al oído:
—Lo siento cerca...
—¿Al ángel? —mi voz también era un suspiro.
—Sí.
—¿Cómo sabe?
—¿No se da cuenta? ¿No siente que el aire se llenó de su presencia?
 Yo sólo sentía mayor opresión en la garganta, y veía a Crucifija haciendo una maniobra rara, que consistía en reflejar el foco de su linterna en el espejito de una polvera para lanzar algo así como rápidas señales intermitentes de luz. De todas maneras contesté que sí, que sí me daba cuenta, y tal vez no estaba mintiendo.
Entonces lo vi. Sin producir ruido que lo anunciara, había salido de no sé dónde y se acercaba a nosotros un muchacho. Muy alto. Estaba casi desnudo, y era moreno. Y aterradoramente hermoso. Eso era todo. Y era demasiado. El corazón me pegó un golpe en el pecho y después se paralizó, sobrecogido ante la visión. No era sino un muchacho, y sin embargo tuve la certeza de que era además otra cosa, una criatura de otra esfera de la realidad. Se movía con la ondulación lenta y sosegada de los seres acuáticos, o de los mimos, y su actitud era a la vez humilde y majestuosa, como la de un ciervo. Permaneció delante nuestro sólo unos segundos, sin pronunciar sonido, sin hacer contacto y sin huir, como si no se percatara de que estábamos allí. No podíamos desprender de él nuestros ojos, y él en cambio nos miró a través, nos observó sin vernos, y yo comprendí la razón: en medio de la gruta oscura nosotros nos borrábamos, invisibles, manchas negras contra fondo negro, mientras él ardía a fuego lento, resplandeciendo en una luz incandescente que parecía brotarle de la piel."

No me digáis que no tenéis curiosidad por saber algo más sobre este ser refulgente, tan hermoso que duele, rey y siervo, tangible e inasequible, que subyuga, que abrasa, que mira más allá de sus ojos y arrebata el corazón.
Su poder se presiente y con su palabra se asegura.

¡Atención! Habla el ángel: 

"Mujer que te acercas a mí, no quieras saber cómo me llamo. Para ti soy el Angel sin Nombre: ni puedo decírtelo, ni podrías pronunciarlo.

Sabía que vendrías de abajo, estaba escrito que la ciudad te enviaría a mí, y te esperaba. Con la ansiedad de la tierra, que en su pálpito de tinieblas aguardaba la claridad salvadora del sol, así te he esperado. Y ahora que estás aquí, no te conozco. 

Busco acercarme a ti, estiro la mano para tocarte. Pero tu piel es llama y me quema, no sé resistir el dolor intensísimo del contacto. No me hables, no me mires. Tus palabras me aturden y tu mirada se clava, intolerable, en mis ojos. 

Pero no te alejes. Mucha cercanía me asfixia, mucha distancia me mata. Veo tu pelo ondulado al otro lado del cristal. La maraña de tu pelo que flota y que llena tu lado de espacio. Me aterra tu cuerpo incomprensible, huyo de tus manos que quieren agarrarme, pero la niebla rubia de tu pelo me llama, bondadosa, me invita a salir del frío y a hundirme en la música de su fiesta amarilla.[...]

Acógeme en tu pelo que es manto de lana, estampida de ovejas por praderas de luz. Rescátame de la existencia ambigua, de la confusión del aire. Limpia esta sustancia turbia, hecha de lejanía y silencio, que se adhiere a mis sentidos y los nubla, que penetra en mis entrañas y me ahoga. Que sea el manantial tibio de tu pelo el que me arrope, y no las sombras."


                                                


Tras estas palabras, cuesta volver al mundanal ruido. Abducida por el ángel. Así se quedó más de una.

Muy recomendable.
No subo enlaces al libro en la red, que está al alcance de todos los que queráis buscarlo, pero está lleno de erratas que distraen. Quizá hay sitios mejores, pero no encuentro. Además, que quiero recomendaros que leáis esta historia con el libro en vuestras manos: casi bíblico. Leedlo y entenderéis. 

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